BUENA GENTE en el ARRIAGA
Estar rodeado de buena gente, nos hace ser mejores personas. Este detalla tan obvio, es el que muchas veces ignoramos en nuestra propia vida.
Porque hay personas que son capaces de sacar lo mejor de uno y sin embargo otras, solo sacan lo peor. Con esta premisa, pero sin obsesión he ido incorporando y alejando gente de mi vida.
La vida es el resultado de lo vivido, de lo amado y también de lo soñado, por eso cuando Verónica Forqué sale directa, apabullante y abrumadora en la primera escena, consigue con su energía, transmitir vida, vitalidad y energía. Frente a ella un apocado encargado que terminara de echarla del trabajo por sus continuos retraso.
Verónica que se muestra firma, vigorosa y segura en una interpretación compacta, hace reír al personal con lenguaje cotidiano. La obra es una comedia que con buen reparto, sabe tocar las claves que enganchan a un público entregado.
Un decorado versátil e ingenioso, ponen el marco a una docena de cuadros escénicos, donde de manera aguda y perspicaz realizan las transiciones.
Buena Gente es una función, chispeante, cómica, sutil y salada que hacen destacar a veces con un poco de alargamiento en las escenas, la valía de Diego Paris, que tímido, vergonzoso y apocado, va dotando a su personaje de un vigor y brío que agrada. Pilar Castro que se desdobla y redobla dos personajes tan desiguales como contrarios.
La valenciana, Susi Sánchez que es una de esas actrices de oficio. Actrices sin la hornacina del show mediático y si el compromiso de actuar, lo hace con la naturalidad del personaje. Actúa con verdad, con provecho y favor. Me gustó mucho Gloria.
Y completa el reparto Juan Fernández, que como Oftalmólogo, tiene buen ojo, en las inflexiones que hace con cada frase, con cada entonación y gesto. Argénteo y luminoso se ofrece sincero ante el embrollo que le plantea la Forqué.
Y porque la cosa esta muy bien, hay que ir al Arriaga.
JabierCalle